EFICIENCIA ENERGÉTICA Y ENERGÍA RENOVABLE

Descarbonizar el planeta será uno de los temas más candentes a nivel gubernamental y empresarial este año. Ya muchas industrias han iniciado transiciones, pero es mucho aún el camino por recorrer. La falta de conocimiento para el despliegue y la integración de los nuevos sistemas con las redes de distribución, constituye un gran desafío. 

Hablar de ENERGIA RENOVABLE es vital, el cambio climático supone una amenaza inminente para la prosperidad de la que muchas personas, sobre todo en países desarrollados, disfrutan hoy

 

La concentración de gases de efecto invernadero en la atmósfera ha aumentado considerablemente en el mundo, por lo que se prevé una mayor demanda de energía, ya que en el 2050 la población mundial estará en el orden de 9 mil millones de personas y es por ello que la implementación de una alternativa sostenible es de gran necesidad.

Tiene que haber un cambio pronto hacia el desarrollo de tecnologías de energía renovable, como la eólica, solar, geotérmica, biomasa e hidroeléctrica, ya que son una alternativa que puede ayudar a satisfacer la demanda mundial de energía, reducir las emisiones de gases de efecto invernadero y la contaminación, estimulando además el empleo y el desarrollo tecnológico, contribuyendo de esta manera al crecimiento económico.

Hablar de ENERGIA RENOVABLE es vital, el cambio climático supone una amenaza inminente para la prosperidad de la que muchas personas, sobre todo en países desarrollados, disfrutan hoy, pero hay algo aún más importante, la supervivencia de los más vulnerables, así como la protección de los ecosistemas y la biodiversidad. El clima cambiante está impulsado principalmente por emisiones procedentes de la quema de combustibles fósiles, aunque hay también otros factores que contribuyen a dicho fenómeno.

La competitividad en la guerra por la disminución de costos de producción de energía renovable, ha alcanzado niveles históricos. Actualmente, lugares que cuenten con recursos adecuados y estén bien estructurados en sus gastos, serán idóneos para la producción de energía a partir de biomasa. Sistemas de energía hidroeléctrica e instalaciones eólicas costeras pueden proporcionar electricidad de forma competitiva con respecto a la generación de energía procedente de los combustibles fósiles.

Para lograr un sistema energético realmente sostenible, la energía eólica y la solar fotovoltaica tendrán que ampliar de manera rápida y progresiva su papel en el suministro de electricidad.

El mayor de los retos actuales es gestionar la implantación de estas nuevas energías, de manera tal, que se minimice cualquier costo adicional derivado de dicha integración. Cuanto antes debemos replantear el apoyo normativo prestado, debemos desplazarnos desde el actual enfoque, el cual respalda cada tecnología por separado, a uno holístico que fije objetivos a largo plazo.

Son muchos los planteamientos que se derivan de las Fuentes Variables de Energía Renovable en relación al suministro eléctrico; el principio es el mismo, pero en cada instalación existente se necesitará una combinación de tecnologías para satisfacer una demanda diaria variable.

La producción de energía a partir de biomasa, la energía hidroeléctrica, la energía geotérmica y la energía solar de concentración con almacenamiento de energía térmica son tecnologías con carga de base, estas no representan un problema especial para el funcionamiento de la red eléctrica.La competitividad en la guerra por la disminución de costos de producción de energía renovable, ha alcanzado niveles históricos.

 

Los costos del sistema y la integración con las redes de distribución son relativamente asequibles, sin embargo, a los costos generales debe sumarse la constitución de una reserva adicional que compense las fluctuaciones de tensión y permita la intermitencia, así como, permita también, hacer frente a la escasez de viento o luz solar durante largos períodos.

Incrementar el desarrollo de energías renovables aportará también otros beneficios. Nuevos empleos, reducción de la contaminación atmosférica a nivel local y menor consumo de recursos hídricos. Tales tecnologías utilizan, de manera casi exclusiva, recursos locales, lo cual ayuda a proteger nuestras economías frente a las consecuencias de la inestabilidad externa en materia de seguridad energética.